domingo, 20 de octubre de 2019

Joven Broly, su película fue la mejor - La Industria (20 /10/19)


Por: Ernesto Facho*

A Gabriel Facho Rojas, por su valentía
y su fuerza


“…una nueva película denominada Dragon Ball Súper: Broly, donde se devela o construye un poco más acerca del origen de esa raza de guerreros, los saiyajin.”

En la atmósfera del cine se respiraba emoción pura y alegría. La tenue oscuridad no podía ocultar los rostros de los niños (y no tan pequeños) ansiosos por ver a sus héroes favoritos en batalla, y de paso alabar ese recuerdo que tiene un ancla indestructible en la infancia o la niñez de muchos.
El diez de enero, Akira Toriyama hizo entrega de una nueva película denominada Dragon Ball Súper: Broly, donde se devela o construye un poco más acerca del origen de esa raza de guerreros, los saiyajin, quienes nos tienen cautivados desde hace más de veinte años con sus historias. Pero, ¿anteriormente ya no se habían estrenado tres cintas protagonizadas por el Súper Saiyajin Legendario? La diferencia radica en que el mismo Akira Toriyama se ha encargado de escribir la leyenda, y no como en anteriores ocasiones, verbigracia «Dragon Ball GT», «Dragon Ball Héroes», o los otros filmes sobre este mismo guerrero.
Al igual que en la entrega de 2018, «La resurrección de Frezzer», se revela una nueva transformación, esta vez solo para el príncipe de los saiyajin. Al enfrentarse con el antagonista de la historia, vemos cómo Vegeta va dominando la pelea mientras asciende en niveles. Broly no tenía experiencia en la lucha, solo había tenido entrenamiento con su padre Paragus. Finalmente, en la sala del cine se escucha un ruido que me hizo sentir que estaba viendo un partido de fútbol. La gente aplaudió dominada por una emoción incontrolable: Vegeta se mostraba en la pantalla envuelto en resplandores dorados y rojos. Había alcanzado el nivel de Súper Saiyajin Dios.


“Vegeta se mostraba en la pantalla envuelto en resplandores dorados y rojos. Había alcanzado el nivel de Súper Saiyajin Dios.” 

Otra diferencia que se debe rescatar, contrastando esta versión con la de Toei Animation, es el trazo de Broly como personaje de ficción.
Aquí, Toriyama aprovechó para volverlo más humano y darle un sentido más sensato a su rivalidad. Por ello, ideó incluir a dos personajes más, a través de los cuales el saiyajin mutante manifiesta su sensibilidad y ternura. Sí, Akira volvió a Broly sentimental, incluso nostálgico. Estos dos personajes son: Chelye y Bah, el monstruo amigo de su infancia. La primera, (heroína hipersexualizada en el énfasis que tiene el dibujo de su trasero redondo) porque en su condición de mujer y apelando a su delicadeza, lo defiende del maltrato que le da su padre al controlarlo a través de un collar, como si fuera un perro. Y el segundo, porque le enseña al saiyajin más fuerte el valor de la amistad. De esta manera, nuestro antagonista ya llega con recursos emocionales para construir un vínculo de camaradería con el popular Kakarotto.



El nexo entre Chelye y Broly, podríamos decir, es un recurso de intertextualidad en base a «La Bella y la Bestia», el cual también se ha utilizado en «The Avengers», por ejemplo, con el caso de Bruce Bane (Hulk) y la Viuda Negra.
Sin embargo, me sigo preguntando respecto a la construcción del personaje: ¿Por qué caben dentro de un mismo héroe alguien que recuerda y habla con elocuencia sobre su amigo Bah, alguien que gruñe y se mueve como un salvaje (el puente entre el Broly de Akira y el de Toei Animation) y  el Broly berseker, monstruo destructor, montaña de músculos, villano tradicional y todopoderoso? Siento que ni el mismo creador de Dragon Ball ha podido unir con naturalidad las dos primeras personalidades dentro de un mismo cuerpo.
Respecto a la fuerza titánica, su padre Paragus es muy claro: «Al parecer se las ingenió para transformarse y controlar el poder que los saiyajin obtienen cuando se convierten en Ōzaru, pero sin su lentitud.» Además, en el canal de Indie Arts en YouTube se explica un dato que ha quedado en el aire y podría resultar hasta irracional. Y es el hecho de que Broly pueda combatir con un dios saiyajin en su estado base. Esto se debe a que el guerrero pertenece a un Rango Universal de poder, el cual está situado, entre todos los niveles de este universo, por encima del Rango Místico (alcanzado por Gohan) y casi al mismo nivel del Rango Divino (Gokú y ahora también Vegeta, flameando con sus ki de color rojo y dorado y con el cabello rosa).
Sin embargo, con todos los errores de animación que se le puedan atribuir, la banda sonora que repite el nombre del villano, desaprovechar el gigantesco potencial de Frezzer y reducirlo a un arlequín («¡¡¡JOVEN BROLY, SU QUERIDO PADRE ACABA DE SER ASESINADO!!!»), con todo ello, Dragon Ball Súper: Broly sigue siendo la mejor película que ha salido de las manos mágicas y creadoras de Akira Toriyama.
Es una joya que tiene una trama ágil, rápida, con animación 2D para el resto de la película, pero con la soberbia y el aura épica del 3D para las escenas de las batallas en el Continente de Hielo. De solo escuchar a Bulma mencionar que irían allí, al vincularlo con las escenas de los adelantos en la publicidad, una corriente eléctrica de frío recorrió la sangre de los espectadores. Ya estaban viendo todo lo que se les había prometido.
Además, ahora este saiyajin trastornado y destruido por la ira y el salvajismo nato de su raza, ha sido recuperado por su creador para ser incluido como un personaje canónico. Es decir, ya forma parte de la historia original y no ha quedado en vilo como un satélite. No más. Y con esta misma suerte corrió Gogeta, fusión de los protagonistas. Ambos, entrañables y muy queridos, aun con su poder y violencia mostrados, han sido parte de un filme que resalta valores como el perdón, la solidaridad, la amistad y la ternura.


Gogeta Blue, fusión que aparece en el último filme de Akira Toriyama

Ansiosos por ver más transformaciones y nuevas batallas, esperamos que la imaginación de Akira Toriyama siga creciendo a manera de una esfera de energía, de esas que sin mucho esfuerzo crean sus fabulosos personajes, y nos devuelva a las butacas del cine otra vez emocionados, otra vez con esa corriente que transita el cuerpo de un terrícola cuando se sabe al encuentro de la raza saiyajin.
Y de no suceder aquello, buscaremos las esferas del dragón para remediarlo.




*Docente y escritor

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