domingo, 1 de mayo de 2022

"Romance dormido" o las siete las musas de la cuarentena

Por: Ernesto Facho Rojas

 

«Fue hace ya muchos, muchos años, en un reino junto al mar, habitaba una doncella a quien tal vez conozcan por el nombre de Annabel Lee; y esta dama vivía sin otro deseo que el de amarme, y de ser amada por mí.»

Edgar Allan Poe


Portada del libro "Romance dormido"


I.- INFLUENCIA DEL ROMANTICISMO

El origen del romanticismo puede ubicarse a finales del siglo XVIII e incios del siglo XIX. Se desarrolla en Europa junto a los ideales de igualdad, fraternidad y libertad inspirados por la Revolución Francesa (1789).

Uno de los primeros en sintonizar con esta energía en Francia es Víctor Hugo, fue quien escribe el prefacio a Cromwell en 1827, obra que se tomó como manifiesto de este movimiento, el cual llegó también a Estados Unidos. En España duró de 1830 a 1840.

Aquí en Perú tenemos como representantes a Carlos Augusto Salaverry, quien publicó en 1869 Diamantes y perlas y en 1890 Cartas a un ángel, su obra más famosa. En cuanto al romanticismo social, contamos a nivel nacional con el Bibliotecario mendigo, don Ricardo Palma Soriano, autor de las famosas Tradiciones peruanas.

Dentro de los temas que incluye este movimiento literario, podemos mencionar:

Ø    Hay un héroe

Ø    Existe melancolía

Ø    Desencanto

Ø    Naturaleza silvestre y hostil

Ø    Hay un afán por la libertad

Ø    Se aprecia el amor y se es consciente de la muerte

Ø    El poeta es creador de su propio universo

Ø    La obra imperfecta e inacabada es mejor que la concluida

En esta ocasión, vamos a tratar de poner énfasis en la herencia romántica que tiene el libro Romance dormido de Jesús Enrique Peralta, a quien felicito por el esfuerzo y ese afán quijotesco de aportar con un libro más, el suyo, a este mundo que se derrumba entre la frivolidad y la estupidez.

Romance dormido es un poemario de rimas tiernas, sentimentales, el cual por momentos se torna en un anecdotario muy íntimo, el cual comparte con sus lectores. Al entrar en las páginas de esta, su ópera prima, nos vamos enterando de algunos supuestos sucesos en la vida del autor, así como de su manera de reaccionar ante los mismos partiendo de su visión particular del mundo.

Primero diremos que el yo poético que habla en este libro es un devoto del Señor de los Milagros. En varias de sus composiciones lo menciona y lo coloca como artífice de una unión entre él y su amada. Es así que el autor, en medio de su desdicha, siente el apoyo de la mano divina sobre sus hombros, en premio a identificarse como el poeta cargador. Jesús escribe frases como: «El Señor me puso a tu lado», «Le agradezco al Señor/ por mandar de su viña…» (refiriéndose a que la amada fue en viada por Dios), «Y el Señor nos llamó para recibir su fiesta».

En otras palabras: Dios, que es amor, hace posible el amor, o por lo menos crea las condiciones para este encuentro.

 

Flyer de la presentación principal de "Romance dormido"

II.            ¿LA MUSA O LAS MUSAS DE JESÚS?

 

Respecto al ser amado, suele ser alguien que tiene una naturaleza divina, la cual se desprende de la intención también divina de unir al poeta con esa persona, con la musa. ¿O acaso podría Dios confabular en contra de Jesús Peralta o su corazón? La respuesta es no.

Pero no hay solo una musa. Existen, por lo menos, cuatro en este libro. Revisemos.

1. LA MUSA DIVINA: Es aquella que ha llegado gracias a la intervención divina, la que le dio encuentro al poeta de la mano de Dios o con la ayuda del Señor de los milagros. Es un ser al que se le atribuye en cuatro oportunidades (que no es poco) literalmente una «belleza infinita». Peralta escribe: «Al contemplar tu divina hermosura», «Ángel bello del señor», «Eres una luz brillante», «Tu hermosura es infinita», etc.

2.  LA MUSA CADETE: La segunda musa es una mujer supuestamente enrolada al ejército, con la que tiene una cita en un encuentro cultural. Ella no está con él, es un ser ausente en las páginas del poeta que la evoca y tiene un poema especial para ella en la página 93, aunque se le menciona otras veces más.

Aquí, el modelo de la musa se desvía de los ideales románticos, ya que podemos deducir que no se trata de un ser frágil, como el que usan de inspiración los grandes maestros del romanticismo universal.

3.  LA MUSA TRAIDORA: En unos versos agrios, oscuros y dolientes, Peralta escribe: «Disfruta todo con él/ sé feliz desde ahora». En el libro no se explica cuál es la falta, pero sí se dice que el yo poético decide despedirse de esa mala experiencia haciendo una catarsis en un último poema dedicado hacia ella.

4. LA MUSA FALLECIDA: También encontramos dentro del catálogo a una musa que ha fallecido en un accidente de tránsito, por quien el poeta sufre una inmensa tristeza y desolación.

5.     LA MUSA ARDIENTE: Si bien es cierto se empezó diciendo que este libro es un texto lleno de ternura, inocencia, de un amor romántico, idealista en exceso, hay un punto de inflexión en el libro que es como un dardo que rompe el cristal de la inocencia. Me refiero al poema: Intenso y delicioso. Aquí el autor anota: «Sin aliento y acostados/ el pasado olvidamos, / al sentir tus latidos, / y escuchar tus gemidos».

6.  LA MUSA DALINA: En el poemario se menciona indirectamente a Mónica Santa María en la composición Soñar estar en tu nube.

7.  LA MUSA REPORTERA: El poema Ejemplo de periodista es una oda para Fátima Saldonid.

Sin embargo, a pesar de las seis musas que hemos identificado en este libro, el autor alza su mano de poeta y escribe en la página cuarenta: 

 

Como honesto poeta,

infiel nunca te seré,

ninguna otra me inspira,

solo a ti te veré.

 

III.   EL AMOR EN TIEMPOS DEL CORONAVIRUS

Por un lado, tenemos a las divinidades: Dios, el Señor de los Milagros, la Musa divina que alienta al poeta con sus consejos (obviamente nos referimos a una de las cinco musas) y, por el otro, para dar un equilibrio a la vida del artista, están las malas experiencias con la gente envidiosa de su amor, de sus letras; la Musa traidora a la que le dice adiós y, ¡cómo no!, el coronavirus.

Al virus se le menciona en las páginas 27, 49, 57en los poemas Dueña de mi poesía donde escribe «Sé que la cuarentena/ impide que nos veamos» y en el poema Ser paciente para amar agrega también: «Sé que esta cuarentena/ impide que nos veamos». También dice en Fortaleza para inspirar: «Durante el tiempo de cuarentena/ quería abrazarte y me cuide».

 

Jesús Peralta, el autor, compartiendo su obra con amigos

IV.       ESTILO:

 

El libro es un conjunto de rimas o canciones de corte popular. El silencio de las metáforas, la complacencia de la rima, las alusiones anecdóticas alejan a dichas composiciones de un trabajo con pretensiones en cuanto a la renovación del lenguaje, la exploración de las metáforas, la experimentación de los sonidos o la profundidad filosófica.

En este caso, Jesús Enrique Peralta Rojas saluda a sus antecesores románticos desde lejos, les alza la mano y los despide, puesto que sus escritos no van por ese camino, sino que apelan a la confesión vestida de un lenguaje muy sencillo y, a veces, coloquial

Tomás Montehermoso, docente y escritor que musicalizó uno de los poemas del libro, junto al autor

V.          CONCLUSIÓN

Siendo este el primer libro de Jesús y considerando su corta edad, sabemos que en una próxima entrega fortalecerá todos estos atributos antes mencionados. Mientras tanto, nos queda la música íntima de sus rimas que se desplazan desde su corazón hasta las páginas que sus lectores, esta tarde, tomarán entre sus manos para llevarse este interesante testimonio de vida, devoción y desengaños amorosos.

Todo romance dormido está predestinado a despertar. 

Después de presentar "Romance dormido" en Túcume, junto al autor, Jesús Peralta

 

 

 

Chiclayo, 5 de marzo de 2022

10: 52 a.m.

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